martes, 22 de abril de 2014

Merluza Rebozada con Pistachos




Esta receta pertenece a mi profesor de cocina
Victor Alperi, por lo tanto en este caso no es 'al estilo de Raquel'. Esta receta es una forma sana de comer la merluza ya que no requiere ningún tipo de fritura incluso estando rebozada. No es muy difícil de elaborar pero tiene dos tipos de cocción y hay que hacer varias cosas. El resultado es excelente si se consigue dejar la merluza jugosa. Y el acompañamiento de verduras a la plancha remata este plato digno de cualquier dieta equilibrada.                                                                                                                

                               

  • Ingredientes:

450 gr Supremas de Merluza
200 gr Caldo de Pescado
80 gr Pistachos o Almendras                    
100 gr Pan Rallado
50 gr Calabacín                                                             
60 gr Tomate
Aceite de oliva                          
Sal

  • Elaboración:
  1. Trituramos los pistachos (no hace falta que queden molidos del todo) y los mezclamos bien con el pan rallado. Los pistachos los podemos sustituir por almendras.
  1. Se pone a calentar la plancha o sartén antiadherente, ponemos un chorrín de aceite de oliva y marcamos las supremas. Solo marcar por los lados, porque al final las acabaremos en el horno. Es muy importante que la plancha esté caliente para que queden bien selladas. Retiramos las supremas de merluza, les echamos un poco de sal, las untamos con un poco de aceite de oliva y las rebozamos con el pan rallado mezclado con los pistachos.
  2. Por otro lado en un cazo ponemos el fumet rojo a fuego medio y lo dejamos reducir hasta lograr una textura cremosa, sin que nos queme. Lo que podéis hacer es, si no tenéis ganas de preparar un fumet,  pues compráis en cualquier supermercado un brick de caldo de pescado o de marisco que queda más rico y lo preparáis de igual forma. No hablo de marcas, cada uno que elija la que más le guste.
  3. Prercalentamos el horno a 200ºC durante 10 minutos.
  4. Cortamos las verduras en rodajas finas, las hacemos en la plancha echando un chorrín de aceite y con cuidado que no se quemen, las retiramos y les echamos un poco de sal.
  5. Mientras hacemos en la plancha las verduras horneamos las supremas durante 5 minutos a 200ºC.
  6. Emplatamos si queréis como en la foto o también podéis poner la reducción de fumet en el centro del plato, encima la suprema y a un lado las verduras.


NOTA: debe estar todo bien caliente, por lo que hay que tenerlo todo dispuesto para que mientras se hace la merluza en el horno estemos haciendo las verduras, para servirlo todo a la vez.
Como podéis apreciar en la foto, a mi la salsa no me quedó muy ligada y eso es debido a que la dejé al fuego muy fuerte y demasiado tiempo, por lo que tendréis que tener cuidado a la hora de recudir el caldo. Hacer como os dije, ponerlo a fuego medio y vigilarlo para que no se queme ni se pase de cocción.


Bon Appetit!!!

               

martes, 15 de abril de 2014

Tortilla de Coliflor al estilo Raquel




Ya que la receta va de tortilla, vamos a hablar un poco del origen de la tortilla de patata. El primer dato escrito en el que se menciona este plato data del año 1817 y va dirigido a las Cortes de Navarra. En él se habla de que los habitantes de Pamplona consumían 2 ó 3 huevos batidos para cinco o seis comensales, que se mezclaban con patatas, pan...
Algunos dicen que fue el general Tomás de Zumalacárregui quién inventó la tortilla de patatas, por necesidad, ya que era un plato muy sencillo y nutritivo que conseguía calmar el hambre del ejército carlista. Y esto no queda así porque existe otro dato que nos cuenta que este plato fue inventado por un cocinero belga, Lancelot de Casteau, que publicó la receta en el año 1604 y que trabajó para tres obispos de Lieja.
A pesar de los datos anteriores, si consultamos el libro 'La patata en España. Historia y Agroecología del Tubérculo Andino' escrito por el científico del CSIC Javier López Linaje, nos dice que el origen de la tortilla española se sitúa en la localidad extremeña de Villanueva de la Serena en el siglo XVIII. Su obra hace referencia a documentos que hablan de la tortilla de patatas en esta localidad en 1798, y atribuye su invención a Joseph de Tena Godoy y al marqués de Robledo.



  • Ingredientes:


4 Huevos grandes      
1/2 Coliflor                    
Sal                                          
Vinagre de sidra o vino
Agua
Aceite de oliva




  • Elaboración:


  1. Separar la coliflor en ramilletes, lavarlos y ponerlos a cocer en una pota con bastante agua, sal y un chorrín de vinagre durante unos 15-20 minutos.
  2. Una vez cocida escurrimos el agua, y en un plato, bol o donde queráis, ponéis los ramilletes y los machacáis con un tenedor y reserváis.
  3. Batimos bien los huevos, añadimos la coliflor machacada y mezclamos todo.
  4. Colocamos la sartén de unos 23 cm de diámetro, que tendremos en exclusiva para hacer tortillas o similares con lo cuál no deberían pegarse las cosas, en el fuego (a fuego medio) y le echamos un buen chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente, tendremos un cazo al lado para echar el aceite sobrante en él, de tal forma que al verter la mezcla para la tortilla no quede nadando en el aceite.
  5.  Echamos la mezcla para la tortilla en la sartén y cuando veamos que está bastante cuajada, la sacamos a un plato, echamos el aceite reservado del cazo y cuando esté caliente lo volvemos a sacar y ponemos la tortilla por el lado crudo dejándola cuajar y listo, ya tenemos la tortilla de coliflor al estilo Raquel.

NOTAS:
  • A la hora de cocer la coliflor si os resulta desagradable el olor de esta, podéis echarle al agua un vasín de leche para que no huela tanto.
  • La imaginación es libre así que podéis añadirle a la tortilla cualquier ingrediente que le vaya bien a la coliflor, como por ejemplo un poco de jamón serrano.
  • El mejor acompañamiento de una tortilla, para mi gusto, es una buena ensalada de tomate, si son de la zona, mejor.
Bon Appetit!!


miércoles, 2 de abril de 2014

Albóndigas a la Jardinera al estilo Raquel

La palabra albóndiga es un término procedente del árabe al-bunduqa, ‘la bola’. Los árabes enseñaron a los europeos a preparar este guiso de bolas de carne. El historiador granadino Luis del Mármol, documenta el término en su Descripción general de África (1573): «Venden fideos, almojábanas y albóndigas hechas de carne picada con especias y fritas en aceite».
El diccionario oficial de la lengua española da entrada tanto al término albóndiga como almóndiga, aunque esta última forma se considera incorrecta y de uso vulgar, recomendándose la forma original.
Cuenta la leyenda que el Sultán Suleimán el Magnífico melló la dentadura al caer de su caballo. Su esposa Roxelana para que su marido pudiera seguir comiendo cordero ordenó que solo se podría cocinar carne triturada. A partir de ahí los cocineros de palacio se pasaron años rellenando berenjenas, calabacines y sobre todo elaborando Köfte que es el nombre turco para las albóndigas.


  • Ingredientes:

400-500 gr. de carne para guisar o mezcla de cerdo y tenera (eso al gusto) picada unos 100 gramos de harina    1 huevo
2 dientes de ajo                                                    
50 gr. de leche
1 cebolla                                                              
30 gr. de miga de pan
6 champiñones o una lata                                      
100 gr. de vino blanco
1 lata de guisantes si se quiere                              
1 cucharada de perejil picado
3 tomates                                                              
Aceite de oliva                                
2 zanahorias                                                          
Sal y pimienta


  • Elaboración:

  1. Mezclamos la miga de pan con la leche (si véis que la miga tiene exceso de leche pues lo recudimos un poco) y cuando esté bien remojada añadimos la carne, un diente de ajo bien picado, el perejil, el huevo batido, un poco de sal y pimienta y lo unimos todo bien.
  2. Hacemos bolas con los ingredientes anteriores, del tamaño de un huevo mediano, para que os hagáis una idea, y las pasamos por harina retirando el exceso de esta  boleándolas en el aire pasándolas de una mano a otra. Se fríen en una sartén con aceite caliente hasta que estén prácticamente hechas. Una vez doradas se van colocando sobre papel absorvente en un plato o fuente para retirar el exceso de aceite.
  3. Limpiamos los champiñones, pelamos los tomates (Los escaldamos en agua caliente a punto de hervir: les hacemos un corte superficial en cruz en el culo del tomate y los metemos en ese agua, contamos hasta 10 y los sacamos), pelamos la zanahoria, cebolla y diente de ajo y todo lo picamos no muy diminuto, si no que se vean los ingredientes.
  4. En una cazuela echamos un chorrín de aceite de oliva y pochamos la cebolla, después añadimos la zanahoria, después los champiñones y por último el ajo. A continuación le ponemos una cucharadita de harina removemos bien y añadimos el tomate bien picado. Se sofríe todo junto unos minutos y agregamos el vino blanco y dejamos reducir. Se añade un poco de agua (un vasito pequeño o un flanero), se sazona, y una vez que la salsa esté ligada añadimos las albóndigas, la lata de guisantes y cocemos el conjunto unos 5 - 10 minutos más o menos.


NOTA: se pueden acompañar con unas patatas fritas.

Bon Appetit!!!